Miguel Illescas, Jaque mate (Estrategias ganadoras para tu negocio), Alienta Editorial, Barcelona, 2012, 135 pp.
El GM barcelonés Miguel Illescas (con un Elo actual de 2620), ocho veces Campeón de España Absoluto, integrante del equipo olímpico desde 1986, es también un notable hombre de negocios. El libro que reseñamos pretende alabar las virtudes del ajedrez a la hora de potenciar recursos empresariales. El GM Lars Bo Hansen escribió no hace mucho un libro (Fundamentos de la estrategia ajedrecística, Madrid, La Casa del Ajedrez, 2007, trad. de A. Gude) dándole la vuelta al asunto, es decir, potenciar los recursos ajedrecísticos mediante las técnicas empresariales, con reflexiones muy agudas que aquí no pueden dejar de resonar. Alguna otra referencia hemos descubierto (compárese el subcapítulo "Habla con tus piezas", pp. 75-76, y las páginas dedicadas por Jonathan Rowson al mismo asunto en Los siete pecados capitales del ajedrez, Madrid, La Casa del Ajedrez, 2004, trad. de A. Gude, p. 45), pero está claro que el propósito del libro no era saldar deudas, sino generar ingresos (una poco afortunada portada ayuda a ello, peones blancos en forma de euros se enfrentan a un solitario peón negro en forma de dólar). La inversión conceptual efectuada por Illescas no es tan convincente como el trabajo (verdadero trabajo) de Hansen, pero es un pero que se le puede poner a otros libros parecidos, como el de Kasparov, Cómo la vida imita al ajedrez (Barcelona, Mondadori, 2007, trad. de M. Roca). De hecho, todos los intentos de extrapolar el ajedrez a otros ámbitos suelen adolecer de tal defecto, tan concreto es el juego.
El origen del libro es claro. Illescas se ha dedicado últimamente a dar algunas conferencias en Cámaras de Comercio, Centros de Excelencia, etc. relacionando el ajedrez con la estrategia empresarial. Los estudios de Innovación ahora tan en boga precisan de modelos e Illescas ha conseguido hábilmente hacerse un sitio en esa búsqueda. El libro supongo que es una puesta en limpio de esas conferencias que han tratado de inteligencia artificial, de toma de decisiones, gestión del éxito, etc. La parte más interesante es a mi juicio la relacionada con su colaboración con IBM en el famoso match de Kasparov y Deep Blue, así como su labor de entrenador del ex-campeón mundial Vladimir Kramnik, aunque el nivel de explicitación de lo allí acontecido es francamente mejorable y merecería más páginas, dado su interés. Por ejemplo, cuando dice que a Deep Blue se le introdujeron más de tres mil argumentos lógicos con el propósito de acercar el pensamiento del ordenador a la forma de pensar humana (p. 52). Un poco de detalle sobre esos argumentos no estaría nada mal, sobre todo porque sabemos por otros testimonios que los mismos ajedrecistas que asesoraban a IBM eran incapaces de apalabrar las diferencias cuantitativas de evaluación que escupía la máquina.
El volumen se completa con una serie de anécdotas más o menos conocidas (más bien más que menos), pero que pueden tener su gracia para un lector neófito, así como una caracterización de las diferentes virtudes que han adornado a los distintos campeones del mundo, ponderando por ejemplo de Steinitz su ciencia y su lógica, de Lasker, su lucha y psicología, de Capablanca, su talento y sencillez, etc. Lo malo es que esas caracterizaciones, con ser acertadas, son tan abstractas, que prácticamente todo vale, la prudencia y el riesgo, el instinto y el método, el pragmatismo y el carácter, el talento y la preparación, de tal forma que no pasan de ser etiquetas identificativas, pero cuya utilidad no se descubre, dado que no son conceptos construidos por el propio Illescas, sino tomados sin ningún rigor del universo de la semántica más mundana (incluido el DRAE). En fin, nos tememos que nos esperan más libros como estos, ya con estos temas, ya vinculando el ajedrez al Alzheimer o a la eyaculación precoz. Los sufriremos en silencio.
Francisco J. Fernández
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