Me pongo en contacto con ustedes para comentarles el caso que me ocurrió jugando una partida de ajedrez postal en la P.I.P.A. (Peña Ibérica Postal de Ajedrez, en España) de la que soy socio.
Entiendo que es una anécdota de interés donde todos los que somos demasiado crédulos de la letra impresa escrita por los GM’s podemos aprender algo.
En mis cercanos comienzos como postalista he sido un detractor del uso de cualquier tipo de ayuda en el juego postal (libros, programas informáticos, sugerencias de terceras personas,...) porque entendía que esto enrarecía las partidas y desde luego, no se daba la igualdad que tiene el ajedrez “en directo”. Sin embargo, poco a poco fui cambiando de opinión, en parte por los comentarios que otros postalistas me hicieron sobre la consulta de libros para jugar las aperturas y en parte, porque pensé que consultándolos podría minorar mis grandes lagunas en esta fase de la partida.
Así que dicho y hecho, comencé la partida contra mi rival y junto a ella, mi libro de aperturas, esperando que más pronto que tarde, abandonaríamos el texto y empezaríamos a jugar de verdad. Mis libros de aperturas no son numerosos porque me gustan más el medio juego y los finales. Tengo los de Máximo Borrel de Editorial Bruguera que, simplemente con verlos no te fías de lo que pone en ellos y, alguno de Ludek Pachman, entre ellos el de Aperturas Semiabiertas. Como la partida fue una Caro-Kann, este fue el libro que me acompañó.
La partida transcurrió como sigue:
Robles,Antonio - Hernández,José [B19] Pipa MP 1072
1.e4 c6 2.d4 d5 3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Af5 5.Cg3 Ag6 6.h4 h6 7.Cf3 [a juego aproximado conduce 7.C1e2 e6 8.Cf4 Ah7 9.Ac4 Cf6 10.De2 Ad6 11.c3 Cbd7 12.Axe6 fxe6 (12...0-0? 13.Axd7+-) 13.Cxe6 De7 14.Cf5 Axf5 15.Cxg7+ Rf7 16.Cxf5 Dxe2+ 17.Rxe2 Keres - Olafsson, Bled, 1961] 7...Cd7 8.h5 [En los años 1920 a 1940 se jugaba 8.Ad3 Axd3 9.Dxd3 e6 Actualmente se considera que el avance del peón "h" ejerce fuerte presión sobre el flanco de rey negro, sobre todo en las líneas en las que las negras enrocan corto.] 8...Ah7 9.Ad3 Axd3 10.Dxd3 Dc7 11.Ad2 e6 12.De2 Cgf6 13.0-0-0 0-0-0 14.Ce5 Cb6 15.Aa5 Td5 16.b4 Txa5 17.bxa5 Aa3+ [En la partida Pegarero-Eylstrand (1969) siguió 17...Ca4? 18.Td3 Cd5 19.Tb3 Dxa5 20.Cxf7 Cac3? 21.Dxe6+ Rc7 22.De5+ Rc8 23.De8+ Rc7 24.Dd8#] 18.Rb1 Ca4 19.Df3 Ab4 20.Td3 Dxa5 21.Ce2 Cd5 22.Th3
[A considerar era 22.Dxf7 Cac3+ 23.Cxc3 Cxc3+ 24.Txc3 Axc3 25.Dxe6+ Rc7 26.Df7+ Rc8=]
Hasta aquí seguimos la teoría del libro de Pachman. Yo estaba un poco intrigado porque seguir la teoría hasta esa posición me había convertido en espectador de mi propia partida, pero por otro lado tenía mucha curiosidad por ver cómo seguía la cosa. No podía evitar pensar que mi rival estaba utilizando el mismo libro que yo.] 22...Ae7 [Nada de esto se contempla en el tratado referido. Sigue 22...f6 23.Cg6 Td8 con 24.a3 parece que hay buenas posibilidades de conseguir tablas para el blanco. Esta jugada me parece que puede calificarse como de la retirada de alfil más agresiva que he visto, pues de pronto aparecen amenazas serias para el blanco.] 23.a3 De1+ 24.Ra2 Axa3 25.Txa3 [25.Rxa3?? Db4+ 26.Ra2 Db2#] 25...Cb4+ 26.Rb3 Cd5 27.Txa4 Db1+ y acordamos tablas pues no hay manera de progresar para ninguno so pena de derrota. 1/2-1/2
Cuando comenté con mi rival lo que había ocurrido con mi seguimiento de los consejos de Pachman, esto fue lo que me contestó:
“Yo suelo jugar la Caro-Kann como defensa sistemática contra 1.e4, por ello suelo recopilar cuanta información cae en mis manos de esta defensa. Realmente no hay mucho escrito sobre ella y no siempre bueno. Tengo que decirte que estoy muy decepcionado con los libros llamados de “teoría”, donde cada autor califica la posición final alcanzada a su criterio y que a veces discrepa mucho con otros “teóricos”. Así me ocurrió en una partida por e-mail, donde se alcanzó, también en una Caro – Kann una posición que era calificada como igual (=) por uno y como muy favorable a las blancas (±) por otro.
La jugada 22...Ae7, viene recogida en dos de mis libros teóricos, aunque pude comprobar que Pachman no la cita en su libro sobre II.Aperturas Semiabiertas”, el cual coge polvo en la estantería de mi biblioteca ajedrecística.Lo que ocurre es que no consulto los libros de Pachman pues tuve una mala experiencia jugando una partida con Jordi Magem a principios de los ochenta cuando era socio de P.I.P.A. Me dio una soberana paliza, pues yo estaba siguiendo los análisis de Pachman de una variante de la Siciliana-Najdorf donde decía que había una posición de igualdad. Jordi Magem, con blancas, dos jugadas más tarde y siguiendo otro libro más reciente creó una situación totalmente perdida para las negras.
Te diré que ninguno de los libros que tengo cita la jugada 24.a3 de la línea que comienza con 22...f6 23.Cg6, Td8, ni los análisis que allí se recogen. Te señalo que uno de estos libros fue escrito por Kasparov – Shakarov, “La Defensa Caro-Kann. Variante Clásica”. Como para fiarte.”
En definitiva, no hay que creer a pies juntillas lo que aconsejan los libros (ojo, que he utilizado el libro de Pachman para algunos comentarios de la partida).
Antonio Robles.
Entiendo que es una anécdota de interés donde todos los que somos demasiado crédulos de la letra impresa escrita por los GM’s podemos aprender algo.
En mis cercanos comienzos como postalista he sido un detractor del uso de cualquier tipo de ayuda en el juego postal (libros, programas informáticos, sugerencias de terceras personas,...) porque entendía que esto enrarecía las partidas y desde luego, no se daba la igualdad que tiene el ajedrez “en directo”. Sin embargo, poco a poco fui cambiando de opinión, en parte por los comentarios que otros postalistas me hicieron sobre la consulta de libros para jugar las aperturas y en parte, porque pensé que consultándolos podría minorar mis grandes lagunas en esta fase de la partida.
Así que dicho y hecho, comencé la partida contra mi rival y junto a ella, mi libro de aperturas, esperando que más pronto que tarde, abandonaríamos el texto y empezaríamos a jugar de verdad. Mis libros de aperturas no son numerosos porque me gustan más el medio juego y los finales. Tengo los de Máximo Borrel de Editorial Bruguera que, simplemente con verlos no te fías de lo que pone en ellos y, alguno de Ludek Pachman, entre ellos el de Aperturas Semiabiertas. Como la partida fue una Caro-Kann, este fue el libro que me acompañó.
La partida transcurrió como sigue:
Robles,Antonio - Hernández,José [B19] Pipa MP 1072
1.e4 c6 2.d4 d5 3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Af5 5.Cg3 Ag6 6.h4 h6 7.Cf3 [a juego aproximado conduce 7.C1e2 e6 8.Cf4 Ah7 9.Ac4 Cf6 10.De2 Ad6 11.c3 Cbd7 12.Axe6 fxe6 (12...0-0? 13.Axd7+-) 13.Cxe6 De7 14.Cf5 Axf5 15.Cxg7+ Rf7 16.Cxf5 Dxe2+ 17.Rxe2 Keres - Olafsson, Bled, 1961] 7...Cd7 8.h5 [En los años 1920 a 1940 se jugaba 8.Ad3 Axd3 9.Dxd3 e6 Actualmente se considera que el avance del peón "h" ejerce fuerte presión sobre el flanco de rey negro, sobre todo en las líneas en las que las negras enrocan corto.] 8...Ah7 9.Ad3 Axd3 10.Dxd3 Dc7 11.Ad2 e6 12.De2 Cgf6 13.0-0-0 0-0-0 14.Ce5 Cb6 15.Aa5 Td5 16.b4 Txa5 17.bxa5 Aa3+ [En la partida Pegarero-Eylstrand (1969) siguió 17...Ca4? 18.Td3 Cd5 19.Tb3 Dxa5 20.Cxf7 Cac3? 21.Dxe6+ Rc7 22.De5+ Rc8 23.De8+ Rc7 24.Dd8#] 18.Rb1 Ca4 19.Df3 Ab4 20.Td3 Dxa5 21.Ce2 Cd5 22.Th3
[A considerar era 22.Dxf7 Cac3+ 23.Cxc3 Cxc3+ 24.Txc3 Axc3 25.Dxe6+ Rc7 26.Df7+ Rc8=]
Hasta aquí seguimos la teoría del libro de Pachman. Yo estaba un poco intrigado porque seguir la teoría hasta esa posición me había convertido en espectador de mi propia partida, pero por otro lado tenía mucha curiosidad por ver cómo seguía la cosa. No podía evitar pensar que mi rival estaba utilizando el mismo libro que yo.] 22...Ae7 [Nada de esto se contempla en el tratado referido. Sigue 22...f6 23.Cg6 Td8 con 24.a3 parece que hay buenas posibilidades de conseguir tablas para el blanco. Esta jugada me parece que puede calificarse como de la retirada de alfil más agresiva que he visto, pues de pronto aparecen amenazas serias para el blanco.] 23.a3 De1+ 24.Ra2 Axa3 25.Txa3 [25.Rxa3?? Db4+ 26.Ra2 Db2#] 25...Cb4+ 26.Rb3 Cd5 27.Txa4 Db1+ y acordamos tablas pues no hay manera de progresar para ninguno so pena de derrota. 1/2-1/2
Cuando comenté con mi rival lo que había ocurrido con mi seguimiento de los consejos de Pachman, esto fue lo que me contestó:
“Yo suelo jugar la Caro-Kann como defensa sistemática contra 1.e4, por ello suelo recopilar cuanta información cae en mis manos de esta defensa. Realmente no hay mucho escrito sobre ella y no siempre bueno. Tengo que decirte que estoy muy decepcionado con los libros llamados de “teoría”, donde cada autor califica la posición final alcanzada a su criterio y que a veces discrepa mucho con otros “teóricos”. Así me ocurrió en una partida por e-mail, donde se alcanzó, también en una Caro – Kann una posición que era calificada como igual (=) por uno y como muy favorable a las blancas (±) por otro.
La jugada 22...Ae7, viene recogida en dos de mis libros teóricos, aunque pude comprobar que Pachman no la cita en su libro sobre II.Aperturas Semiabiertas”, el cual coge polvo en la estantería de mi biblioteca ajedrecística.Lo que ocurre es que no consulto los libros de Pachman pues tuve una mala experiencia jugando una partida con Jordi Magem a principios de los ochenta cuando era socio de P.I.P.A. Me dio una soberana paliza, pues yo estaba siguiendo los análisis de Pachman de una variante de la Siciliana-Najdorf donde decía que había una posición de igualdad. Jordi Magem, con blancas, dos jugadas más tarde y siguiendo otro libro más reciente creó una situación totalmente perdida para las negras.
Te diré que ninguno de los libros que tengo cita la jugada 24.a3 de la línea que comienza con 22...f6 23.Cg6, Td8, ni los análisis que allí se recogen. Te señalo que uno de estos libros fue escrito por Kasparov – Shakarov, “La Defensa Caro-Kann. Variante Clásica”. Como para fiarte.”
En definitiva, no hay que creer a pies juntillas lo que aconsejan los libros (ojo, que he utilizado el libro de Pachman para algunos comentarios de la partida).
Antonio Robles.