miércoles, 27 de marzo de 2013

Diferencia y repetición de una partida de ajedrez

  En su excelente libro Las semanas del jardín (Madrid, Alianza editorial, 1981), Rafael Sánchez Ferlosio hace una caracterización de diferentes espectáculos atendiendo a una serie de variables: Acontecimiento y Texto, por un lado, y Función y Figura, por el otro. De esta manera, queda diseñado un cuadro como el siguiente, donde se emparejan conceptualmente una serie de espectáculos:

         ACONTECIMIENTO        TEXTO
FUNCION  Competición deportiva Circo
FIGURA   Tauromaquia           Ballet

  Explicaré brevemente a qué hacen referencia los conceptos involucrados para poder pasar al ejemplo ajedrecístico a continuación. Con Acontecimiento, Sanchez Ferlosio se refiere a la dimensión de no repetición que tienen los toros o un partido de fútbol, de tal manera que sería absurdo que alguien adujera que no va a una corrida de José Tomás, por ejemplo, porque ya lo ha visto torear anteriormente. Con Texto se hace referencia a todo lo contrario: al hecho de que el circo o el ballet siguen un guión predeterminado, de ahí lo insufrible que resulta asistir a dos representaciones circenses para escuchar los mismos chistes de los payasos. En cuanto al concepto de función se hace referencia con él a una dimensión de eficacia: lo que importa en el circo o en un partido es hacer las cosas no tanto bonitas como bien, es decir, cumplir con un objetivo competitivo o de habilidad, de ahí que el lema de jugar bonito sea hipócrita dado que da lo mismo meter un gol desde el centro del campo que que rebote en el culo de un defensa. Evidentemente, eso no ocurre con el concepto de Figura, donde de lo que se trata es de hacer las cosas bellamente. No se trata de matar al toro de cualquier manera (Gregorio Corrochano hablaba del rincón de Ordóñez para describir los bajonazos que el matador rondeño hacía pasar por otra cosa), sino de acuerdo con unos requisitos estéticos. En fin, las reflexiones de Ferlosio son tan sesudas como interesantes, pero no podemos detenernos en ellas. Confío en que con lo dicho, el lector disponga de suficientes elementos de juicio.
  El problema que quiero plantear es el de un posible encuadre del ajedrez dentro de este esquema. En principio, se trata de una competición deportiva, por lo que las variables que le afectan son la de acontecimiento (la unicidad de la partida) y la de función (el objetivo es ganar, sea como sea). Cada partida es única y una bella partida vale lo mismo que una que sea una patética comedia de errores. Y sin embargo algo nos dice que el ajedrez es algo más. Hay algo así como una belleza aplicada a las partidas de ajedrez y hay algo así como un asombro circense cuando la técnica desplegada por el ajedrecista es tan asombrosa como la de un malabarista (un ejemplo sería el dominio de la posición de Lucena o de la defensa de Philidor en los finales de torre). Es más, hay algunas partidas que parecen incluso ballet: me refiero a aquellos momentos en que los jugadores siguen una larga variante aprendida de antemano (aunque sin acuerdo previo) ante el asombro de los mirones. Como, por suerte o por desgracia, soy muy aficionado a las variantes forzadas me he encontrado en ocasiones no jugando, sino algo así como bailando, siguiendo unos pasos. No está de más decir que cuando la memoria se agota, la sensación de que uno puede tropezar en cualquier momento es muy acusada. Así que, aunque la dimensión deportiva del ajedrez no puede ser minusvalorada (¡y ay de aquel jugador que lo haga, pues sus resultados se resentirán de inmediato!), también es cierto que el juego tiende a bizquear por su propia naturaleza hacia variables en principio alejadas de su concepto.
  En diciembre del 2006 fui con Francisco José Gadeo y Juan Subirats a Santa María de Trassierra (Córdoba) a jugar el III Open de Navidad. Allí nos encontramos con Sebastián Almagro y Juan Carlos Sánchez, entre otros conocidos. Las partidas eran a 10 minutos a finish. Gané las dos primeras e hice tablas en la tercera con un tal Manrique Alamos (2182 Fide). En la cuarta ronda me tocó con Gadeo, que llevaba los mismos puntos que yo tras ganar, si no me equivoco a Juan Carlos Sánchez, al que, por cierto y contra su costumbre, se le dio muy mal aquel torneo. Nunca había jugado con Gadeo una partida oficial aunque sí muchas amistosas en Jamilena, donde en verano se suelen reunir los integrantes de La Estrella. Antes de la partida, le hice una oferta tácita de tablas, con el nada secreto objetivo de evitar a los jugadores más fuertes en la siguiente ronda. El caso es que aceptó y empezamos a jugar, llevando yo las negras.



1.d4-d5 2.Cf3-Cf6 3.c4-e6 4.Cc3-c6 5.Ag5 (sorpresa, Gadeo suele jugarme la variante del cambio)-dxc4 (me lo tuve que pensar, porque la partida podía entrar en una variante muy aguda, la variante Botvinnik, D44, lo que quizá no fuera demasiado aconsejable estando las tablas en el horizonte) 6. e4 (pues nada, que nos metemos en un auténtico berenjenal táctico. La verdad es que en otras circunstancias Gadeo no hubiera entrado al trapo) -b5 7. e5-h6 8.Ah4-g5 9.Cxg5-hxCg5 (por un momento estuve tentado de jugar 9...Cd5!?, pero no me atreví porque supuse que Gadeo conocería menos esta variante y podía comprometer las tablas o en otras palabras, que podía perfectamente quedarme perdido y me hubiera dado vergüenza aceptar una eventual oferta de tablas) 10.AxCg5-Ae7 (esta jugada fue la defensa favorita de Smyslov contra Kasparov en su match de principios de los ochenta) 11.exCf6-Axf6 12.AxAf6-DxAf6 13.g3 (esta jugada me tranquilizó, pues denotaba conocimiento de los esquemas usuales de la variante por parte de mi amigo; lo malo es que yo iba a llegar pronto a las jugadas delicadas) -Ca6 14.Ag2 (contra Fritz, yo suelo jugar aquí 14.Ce4) -Ab7 (la otra opción es 14.Cb4; la textual permite un goloso tacticismo que no da demasiado y que incluso se le puede atragantar al osado) 15.Cxb5-0-0-0 (si ahora 15...cxCb5 16.AxAb7-Cb4! 17.AxTa8?? (es mejor 17.0-0-Tb8=)-Cd3+ 18.Rd2, con ventaja decisiva negra, pero lo cierto es que me daba miedo iniciar una secuencia que nos equivocara por su misma complejidad) 16.Da4 (no lo sabía entonces, pero esta jugada garantiza las tablas, aunque asusta lo suyo. Jugar a ganar pasa por 16.Cxa7) -cxCb5 17.AxAb7-RxAb7 18. Dxb5+-Ra8 19. Dc6+ (jaque, novedad y tablas). Si el blanco intenta 19.DxCa6 se encuentra con la desagradable sorpresa de 19...Df3 con ventaja decisiva negra. En fin, la partida es notable (la tranquilidad con que encaramos el compromiso de jugar entre nosotros puede que afectara a la calidad de la misma), pero me pregunto si, al menos en mi caso, jugué verdaderamente cuando resulta que el texto de la partida ya había sido escrito (Krausser-Kula, Berlin, 1994, partida que acabó en tablas después de que el blanco jugara la codiciosa 19.DxCa6 y el negro respondiera torpemente con 19...Rb8). Sé que a algunos estas repeticiones de acontecimientos vivos no les afectan demasiado, pero resulta que a mí sí. Las lecciones filosóficas que se puedan extraer de todo ello, las dejaré para otra ocasión.

Francisco J. Fernández

martes, 26 de marzo de 2013

Davor Komljenovic vs. Francisco J. Fernández García

XVII Internacional Basilio Vela
20 de abril 2008
Davor Komljenovic(2462) vs. Francisco J. Fernández García

Primera ronda y me toca enfrentarme a un veterano Gran Maestro. Había jugado una docena de partidas de Blitz con el GM Djuric una semana antes y creo que aquello me sirvió de estímulo para intentar hacer una buena partida.

B32 Defensa siciliana

1.e4,c5 2.Cf3,Cc6 3.d4,cxd4 4.Cxd4,e5
Una aguda variante muy antigua, que durante mucho tiempo ha estado en el repertorio del talentoso José Miguel Ortega, quizá el jugador que más me haya influido, tal vez por las clases que me daba en mis tiempos de Almería.
5.Cb5,a6otra opción es 5.d6, que también puede dar un juego muy vivo
6.Cd6,AxCd6 7.DxAd6,Df6 8.Dd1


la variante principal, pero hay otras retiradas: la alternativa es 8.Da3, así me suele jugar Lerma, por ejemplo, pero también es interesante el cambio de damas: Ruiz Casado me las hace pasar canutas cuando cambia en f6
8…,Dg6adopté este movimiento tras ver la victoria de las negras en una partida entre Kramnik y Vallejo de hace algunos años
9.Cc3,d5
lo más exigente, aunque tal vez no lo mejor, la otra opción es 9...Cge7, que es como jugó Vallejo; creo que la partida fuente para esta variante es una entre Fischer y Tal, donde venció el americano
10.Cxd5,Dxe4+ 11.Ce3Una jugada tontiastuta. Hasta Orihuela, con el que he jugado esta variante un par de veces, arrugó el hocico. Evidentemente, Komljenovic sabía que la variante sigue con 11.Ae3 con la amenaza Cc7+, pero supongo que pensó que no quería sorpresas de un membrillo. Probablemente fue una decisión acertada pues consiguió sacarme de lo que mejor conocía
11…,Ae6
tomándome mi tiempo, tras haber estado jugando hasta entonces al toque
12.Ad3
parece peor 12.c3-Td8 13.Dc2-Cf6 14.Ae2-0-0 15.0-0 Popovic-Speelman, Hastings, 1980, tablas
12…,Dh4
otra opción podría ser 12...Dd4
13.0-0,Td8 14.Df3
desde que hizo 11.Ce3, Komljenovic está jugando muy fuerte, pero la posición está igualada
14…,Cf6N
según mi base de datos la novedad, aunque ya no hay jugadores fuertes respaldando la variante: se había jugado 14...Cge7 que también es buena, pues controla f5, que es a donde va mi rival
15.Cf5-AxCf5 16.Dxaf5en vez de 16.Axaf5-Cd4 17.Dh3-DxDh3 18.AxDh3-Cxc2, con ventaja negra
16…,h6
para evitar Ag5
19.f4?!
tras la partida, Komljenovic percibió inmediatamente en este avance un cierto apresuramiento. En efecto, se imponía 17.g3-Da4 18.c3=
19…,g6 18.g3quizá sea mejor 18.Dh3!? DxDh3 19.gxDh3, con ventaja negra
18…,gxDf5
también estuve pensando en 18...Dxg3+, pero Komlejenovic me dijo después que había sido mejor la que hice, pues el peón de h se hubiera acercado al centro
19.gxDh4-e4 20.Ae2-Tg8+aquí ya me sentía muy bien
21.Rh1,Cd4caballos contra alfiles, pero compensado absolutamente por la situación expuesta del rey blanco y el dominio de dos columnas por parte de las negras
22.Ad1,Cf3
Fritz propone la más tranquila 22...Ce6!? con ventaja decisiva, pero ni se me ocurrió
23.AxCf3
supongo que contento por desprenderse de un peligroso caballo y hasta por la posibilidad de ganar un peón
23…,exAf3
en este momento, Davor hizo como el gesto de ir a capturar el peón, pero ipso facto se dio cuenta de que se dejaba dar mate. Resopló
24.Ae3,Tg2 25.Txf3Se imponía 25.Tac1, con ligera ventaja negra
25…,Txc2 26.Tf2,TxTf2 27.Axf2,Ce4tal vez fuera mejor ocupar la séptima con la torre
28.Ae3,Tc8con la idea de entrar en séptima, cosa que podía haber hecho una jugada antes
29.Tc1,TxTc1+ 30.Axc1
y la partida acabó en tablas algo así como cuarenta jugadas después. El Gran Maestro se puso entonces a mover el alfil de aquí para allá, pero coloqué todos mis peones en blanco y centralicé el rey. San Martín que estaba por allí se ocupó de llamar al árbitro para prevenir tontiastucias y reclamé tablas cuando la posición se repitió, no sé si por quinta o duodécima vez. Pero El Gm no daba su brazo a torcer y me decía: estás mejor, puedes ganar. Finalmente, Pedrito, el árbitro adjunto, declaró la partida tablas.

Francisco J. Fernández

domingo, 24 de marzo de 2013

Analizar nuestras propias partidas

Lo normal es que, a la hora de prepararnos para un determinado torneo, nos fijemos sobre todo en los posibles rivales y en buscar y analizar partidas suyas. A menudo este casi nuestro único entrenamiento. Pero hay una actividad, altamente productiva, que solemos olvidar: analizar nuestras propias partidas, algo que deberíamos hacer de manera sistemática.

¿Por qué debemos analizar nuestras partidas? Se podrían esgrimir numerosos argumentos, y todos beneficiosos para mejorar nuestro juego, pero vamos a centrarnos en los que considero más importantes:

-El primero es que aprenderemos mucho más acerca de la apertura que hemos jugado, sobre todo, si en algún momento nos hemos visto sorprendidos por una jugada del contrario que no conocíamos. Si es así, el análisis será muy productivo y nos ayudará a conocer mejor las aperturas.

            -El segundo, aprenderemos finales. ¿Quién no se ha enfrentado alguna vez a un final, que sabe que es teórico, pero no recuerda exactamente cuál es el plan correcto? El análisis posterior de la partida nos ayudará a encontrar el camino adecuado y hará que tarde bastante tiempo en volver a olvidársenos.

            -El tercero, el más importante, encontrarás tus errores, incluso en las partidas que has ganado y de las que te sientes orgulloso, comprobarás que no has jugado tan bien como creías. Observarás tus procesos mentales, errores recurrentes y los fallos estratégicos y tácticos.

            Hoy en día el uso del ordenador y de Internet es algo cotidiano en cualquier actividad y en la nuestra es fundamental. El uso de programas y motores de juego nos aportarán una ayuda inapreciable. Es como si un GM de 2.600 ELO nos analizara nuestros movimientos, pues ese es el rating que alcanzan muchos de los programas que hay en el mercado.

            Lo que es seguro, es que después del análisis, sabrás más ajedrez que antes de empezar a analizar.

            Más adelante hablaremos de la manera correcta para realizar nuestros análisis caseros.

Problemas de Ajedrez: Timman, 1971

Timman, 1971

Blancas juegan y ganan.


En este estudio de Jan Timman de 1.971, las blancas poseen una clara ventaja de material, pero la posición que ocupan los peones negros hace que el camino a la victoria no sea fácil.
Intenta hallar la solución, puedes dejar tu respuesta en los comentarios.

GRECO, El Calabrés


Durante un tiempo, año 1995, estuve trabajando en el Dictionnaire historique et critique de Pierre Bayle (1.ª ed. 1696; 2.ª ed. 1701). Mi interés por la obra de Leibniz (1646-1716) me condujo hasta aquel soberbio monumento del conocimiento. Así las cosas, me pasaba los días en el Institut d´histoire des Sciences et des Techniques de la rue du Four de París sumergido en aquellas insólitas lecturas. Hace un par de días encontré algunas fotocopias que hice entonces del mencionado diccionario. Aunque tenía un vago recuerdo, resulta que una de ellas contiene el artículo GRECO (circa 1600-1634) en memoria del famoso ajedrecista de principios del siglo XVII. Ofrezco pues al lector curioso la traducción castellana de este breve artículo en la confianza de que los estudiosos de la historia del ajedrez lo hallen útil, dada la dificultad de encontrar la obra de Bayle (en castellano hay una breve selección del Diccionario histórico y crítico en la editorial de Círculo de Lectores, Barcelona, 1996, pero no permite darse cuenta de la magnitud del trabajo de Bayle). Añadiré que la edición utilizada es la de Amsterdam, 4 vol. in-folio, 1740, tomo III, p. 403. Comprobará el amable lector que Bayle hace referencia a otro ajedrecista en su escrito, en esta ocasión referido a Paolo Boi; desgraciadamente, no llegué a fotocopiar aquel artículo. Ofrecemos además reproducción de la edición original.
"Gioachino GRECO, conocido por el nombre del CALABRES, jugaba con tanta habilidad que no puede resultar extraño que le consagre un pequeño Artículo. Todos aquellos que sobresalen en su ocupación hasta un cierto punto merecen esa distinción. Fue un jugador que no encontró su igual en ningún lugar del mundo. Viajó a todas las Cortes de Europa & se señaló en ellas jugando al ajedrez de manera sorprendente. Encontró famosos jugadores en la Corte de Francia, el Duque de Nemours, Arnaul le Carabin, Chaumont & la Salle; mas aunque se preciaran de saber unos más que otros, ninguno de ellos fue capaz de resistírsele: no pudieron incluso plantarle cara todos juntos. De hecho, fue al ajedrez un Bravo: que buscaba en cada Estado algún famoso Caballero con el cual pudiera batirse & romper una lanza, & no encontró ninguno donde no permaneciera como vencedor. Un bello Espíritu hizo unos versos sobre ese tema (a) (A). Véase arriba el artículo BOI.

(a) Extraído de una carta inserta en el Mercure Galant del Mes de Diciembre de 1693.

(A) La mayor parte de los Lectores me querrían mal si les hiciera enterarse de esto sin hacerles ver los propios versos. Es preciso pues que los adjunte:

Apenas en la carrera
contra mí diste un paso
que por tu marcha fiera
todos mis proyectos se vinieron abajo
Veo desde que tú avanzas
ceder todas mis defensas
caer todos mis campeones
en mi resistencia vana
Rey, Caballo, Torre & Dama
son menos que los Peones (I)

(I)De la carta inserta en Mercure Gal. Diciembre 1693.


Francisco J. Fernández

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